NOTICIAS SOBRE EDUCACIÓN ESPECIAL
“Bodas de Sangre”, interpretada por los jóvenes con discapacidad intelectual de este grupo, alzará el telón el próximo sábado 8 de junio en el Salón Teatro de Compostela.

El Grupo de Teatro de DOWN COMPOSTELA, formado por jóvenes con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales bajo la dirección de Lucas Herrador, espera con ansia el estreno de su última incursión escénica. Será a las 20h. cuando la obra "Bodas de Sangre", de Federico García Lorca, eche a andar en el Salón Teatro de Santiago de Compostela. El acceso a la sala será libre, previa retirada de la correspondiente entrada en taquillas, que abrirán a las 18h. La obra, en palabras de su director, es “un canto al entendimiento de la sociedad, tan necesario hoy día”.

La historia, escrita unos años antes de que la Guerra Civil devastase España, es un canto al entendimiento y la concordia, e la que sus protagonistas buscan sus puntos en común, por encima de los que los sepan. “Esa necesidad de entenderse es lo que pide la sociedad de ahora mismo”, apunta el director del grupo.

Contar con un argumento de estas características “es muy importante para el colectivo de personas con discapacidad”, señala Herrador, para quien “integrar a los seres humanos en la sociedad no es algo que se pueda tomar a broma”.

"Bodas de Sangre" es la quinta obra que representa este grupo de teatro, después de la puesta en escena de "Alicia en el país de las maravillas" (2009), "Esopo y sus fábulas” (2010), "Romeo y Julieta" (2011) y “Fuenteovejuna” (2012).
El Grupo de Teatro de DOWN COMPOSTELA, a punto de estrenar nueva obra de Lorca
El 15 de febrero, cuatro hermanos de cuatro, seis, nueve y 10 años ingresaron en el centro de menores Virxe do Carme de Ferrol. La justicia les retiró a sus padres la tutela legal y los cuatro fueron trasladados a este hogar de acogida en el barrio de Canido. Dos de ellos padecen un autismo “muy severo” que requiere una “dedicación absoluta y especializada”, en palabras de los educadores del centro, que se confiesan “agotados y desbordados” por una situación que consideran “irregular”.

Los sindicatos denuncian que los 12 trabajadores del Virxe do Carme están totalmente sobrepasados por una situación que no saben cómo manejar y que temen denunciar en voz alta por temor a represalias laborales. “Es de locos mezclar a dos menores con autismo con otros de medidas judiciales. Es la primera vez que ocurre y nos parece un maltrato institucional de la Xunta”, opina una de las educadoras, que prefiere no revelar su nombre.

La plantilla sostiene que los dos niños, de cuatro y nueve años, debían haberse derivado al centro de educación especial Souto de Leixa, el antiguo Carmen Polo, que ahora está en manos de Clece. La empresa gestiona un colegio que la Xunta privatizó parcialmente en diciembre del 2010 pese a las intensas protestas de sus trabajadores y padres de alumnos. “Todo deriva de lo mismo: recortes y privatizaciones”, razona otro de los trabajadores del Virxe do Carme. “Como aquel [Souto de Leixa] lo privatizaron los traen aquí que todavía es público y donde recolocan siempre los casos más difíciles”, resume.

La Conserjería de Traballo e Bienestar argumenta que los cuatro hermanos fueron separados “de forma urgente” de su familia y consideraron que la mejor opción era internarlos a todos juntos en el mismo centro para interferir “lo menos posible” en sus rutinas escolares y vitales. El Virxe do Carme, explica una portavoz del departamento que dirige Beatriz Mato, está por debajo de su capacidad máxima y dispone “del personal necesario para atender a estos menores sin perjuicio para los otros”.

La plantilla opina otra cosa. En el centro ferrolano de menores trabajan 12 educadores —nueve fijos y tres interinos— “exhaustos” y a turnos, con la ayuda de otras tres personas de refuerzo con un contrato temporal de cuatro meses. No hay enfermería ni cuidadores y durante la noche, un vigilante y un solo educador se encargan de velar el recinto en el que duermen 26 menores habitualmente problemáticos y puntualmente agresivos. Cuentan que los dos niños con autismo están siendo atendidos “con todo el mimo” pero apuntan que esta situación anómala consume todo su tiempo a costa de desatender al resto de los menores .

“Tenemos que estar continuamente pendientes de ventanas y puertas (metálicas y automáticas) para que no se tiren o no se lastimen. Los otros internos se quejan porque no hay tiempo para los cuentos”, se lamenta una educadora experimentada. Considera que el centro carece de “los recursos materiales y personales” que estos menores demandan y teme que su estancia les cause “un daño mayor”, agravando un trastorno que requiere repetición y rutina.

Bienestar replica que los niños reciben los cuidados que precisan y que “no hay base” para clasificarnos como casos severos, como denuncian los educadores. “Uno de los niños aún no tiene un diagnóstico definitivo y su hermano presenta un grado de afección medio con evolución positiva”, puntualizan desde la conserjería, que estudiará cual es la solución más adecuada para estos niños “a medio plazo”.

Los dos hermanos acuden a diario a un colegio ferrolano donde cuentan con apoyo específico y a un centro especializado varios días a la semana, por lo que su estancia en el Virxe do Carme se reduce a las noches y los fines de semana, resumen.

Para los educadores del centro ferrolano la situación es “angustiosa”. Critican que el pasado fin de semana, la conserjería recolocó a dos trabajadores interinos de un centro de menores próximo, el Soutomaior, para reforzar el turno del Virxe do Carme.
Benestar interna en un centro de menores de Ferrol a dos niños con autismo.